España registró una temperatura récord para el mes de abril, alcanzando los 38,8 grados en el aeropuerto de Córdoba el 27 de abril. Todo el país, especialmente el sur, está experimentando un calor anómalo y adelantado en comparación con el promedio de la temporada. Esta situación, agravada y frecuente debido a la crisis climática, agrava la sequía que afecta al país, especialmente en algunas regiones como Cataluña, donde la sequía continúa desde hace 32 meses. El gobierno está considerando racionar el agua ya que las reservas en la zona están en niveles críticos, como la de Lleida, que no supera el 20% de llenado. De hecho, algunos no se abrirán para el riego ni para la agricultura.
En verano, habrá olas de calor extremas en Alemania, Luxemburgo, Bélgica y Países Bajos. Sabemos que el cambio climático está haciendo que las temperaturas sean más extremas, y esto se aplica a todos los continentes. La temperatura media global ya ha aumentado 1,2 grados Celsius con respecto a los niveles preindustriales, pero en Europa en los últimos treinta años está creciendo a un ritmo dos veces más rápido que el promedio global.
Todo esto se traduce en olas de calor cada vez más peligrosas. Un nuevo estudio realizado por un equipo de investigadores del Reino Unido ha destacado cuáles son los lugares más vulnerables a las olas de calor: se trata de lugares económicamente desarrollados como Alemania, Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo, además de la región de China alrededor de Pekín. El estudio también incluye países en desarrollo como Afganistán, Guatemala, Honduras y Papúa Nueva Guinea, que tienen más probabilidades de no tener recursos para proteger a las personas del calor.
Otras áreas especialmente vulnerables incluyen el extremo oriente de Rusia, el noroeste de Argentina y parte del noreste de Australia. El estudio se publicó en la revista Nature Communications.
El nuevo estudio muestra que en las últimas décadas se han producido en todo el mundo períodos de calor que no entran en el rango de plausibilidad estadística. Cuando la temperatura sube, las comunidades pueden sufrir por diversas razones: porque nadie verifica si las personas mayores viven solas, porque las personas más pobres no tienen aire acondicionado, porque los trabajadores no tienen otra opción que trabajar al aire libre. El nuevo estudio se centra en una simple razón por la cual las sociedades podrían ser particularmente vulnerables a una ola de calor extrema: porque nunca han pasado por una antes.
Edición Clima